Ser un autoestopista galáctico y no morir en la aventura...


Hacia ya rato que caminaba por el arcén de la carretera bajo un sol abrasador, las plantas de los pies reclamaban justicia y nadie se apiadaba de mí... Entorné los ojos hacia el horizonte, aparecía en la calima la silueta de una furgoneta, decidí parar y esperar pacientemente con el brazo extendido y el pulgar hacia arriba buscando amistad...